ANTES DE QUE SE VAYAN

martes, 17 de enero de 2023

Hace unos días, el pasado 13 de enero mi madre Patrocinio García Gómez, Cinio “La Cinio”, Cinito, Patro, ha cumplido 89 años, ella siempre responde amáblemente y cercana a todo el mundo. Cinio “la Loreta” como la conoce mucha gente del pueblo, porque ya a mi abuela María Gómez Varela, (murió a finales de los 70), le aplicaban ese apodo. Mi Padre Juan Jiménez Monreal “Pocarropa”, incansable trabajaba como el que más, nos dejó el 19 de noviembre de 2004 en el Hospital de el Tomillar, como tantos mayores de este pueblo-ciudad. Mi abuela Dolores, bajita ella vestida de negro, que vivía con mi abuelo Manuel en la calle Santa Elvira antes extensión de Campoamor, en la acera de enfrete de la chatarrería del Rey, tres casas después de volver de la calle San Fernando, ellos ya se marcharon también hace algunas décadas. A mi Abuelo Juan, Juan García Burgos, padre de mi madre lo fusilaron, lo asesinaron el 6 de octubre de 1936 en la finca el Mogollón, (carretera de Carmona) después de estar unos meses preso en un buque; Cabo Carvoeiro, o Cabo Razo, “barcos de la muerte”, que los Ybarra aportaron a tal efecto, desde que se lo llevaron de su casa en la calle San Sebastián 106, ahora Cristo de la Veracruz”, tras el golpe de estado; tenía 31 años, mi madre sólo 2.

Mis abuelos y mi padre se marcharon y se llevaron con ellos vidas llenas de ilusiones, de alegrías y de muchas penurias y sacrificios, nuestras generaciones anteriores lo han pasado muy muy mal; se llevaron vivencias, experiencias de vida que les tocó vivir y lecciones algunas transmitidas entendidas y aplicadas, son parte de nuestro comportamiento forjaron lo que somos, y el esqueleto sobre lo que nuestro aprendizaje e intelecto terminaron de definirnos. Sin duda antes de que nuestros mayores se marchen debemos de conocer con detalles todas esas vivencias, ese conocimiento que no se aprende en los libros, esos hechos que no debemos olvidar, toda una magna enciclopedia de información que con ternura están encantados de contarnos y nos ayudará a conocerles y recordarles mejor, no debemos dejar ir esa sabiduría que perdurará siempre en nuestros recuerdos y que a su vez deberemos trasladar a nuestras generaciones futuras, aunque el día a día conformado hoy quiera absorber todo el tiempo, debemos dedicarles todos los momentos que sean posible a nuestros mayores, para aprender, para conocerlos cada día más y mejor, para poder contarle a nuestros hijos y nietos quienes eran y porqué, y en su momento quienes somos, pero eso, eso hay que hacerlo ANTES DE QUE SE VAYAN.
En las fotos mi madre cogiendo aceitunas y el peque soy yo, y en la otra mi padre.