1979, La Feria de Dos Hermanas en los Montecillos y la nostalgia del centro a su fiesta veraniega

lunes, 10 de junio de 2024


 Foto en la revista de feria de 1979.

No vamos a caer en el tópico de comparar, ni de resbalar en la tentación de afirmar que aquellas eran mejores o peores de estas. Aquellas, las de nuestros años mozos, tuvieron su encanto, propios de la edad de nuestro carnet de entonces, y las de hoy tendrán sus peculiaridades que notarán las actuales generaciones de jóvenes. En esos años ya lejanos de pantalón corto y blusa de paten, nos parecían lo mejor del mundo aunque estuvieran cargadas de defectos e imperfecciones, y descubríamos sus encantos e innumerables detalles que se desgranaban como insectos multicolores bajo la luminosa bóveda de luces y flores. Olían sus maravillosas noches de verano, a jazmín y a dama de noche a calentitos y a humo de cohetes, a vino y a gambas. Mezcla acre y fuerte que inundaba los sentidos, embriagándolos de luz y de color. Repasábamos la calle Real arriba y abajo infinidad de veces y dábamos vueltas incontables a la noria del Arenal, buscando la cita o en el encuentro impensado. El guiño, la mirada, la sonrisa y tantas otras cosas de que está poblado el mundo de la juventud en aquella y ésta época. en los aparatos de la calle del infierno no existían aún los vociferantes altavoces de hoy y el tan-tan de unas cucharas sonando sobre una lata vieja mientras giraba la noria y el tío-vivo, sonaban como música celestial a nuestros oídos si la compañía era buena.

¿Se podrán reproducir aquellos infinitos detalles?. No. Aquello fue símbolo de una época cuyo retorno es imposible por mucho que intentemos agarrarnos a su recuerdo. volvemos a repetir que los días que pasaron no podrán volver jamás. las fiestas pasadas, sencillas, familiares, íntimas serían hoy un anacronismo que no tendría razón de ser.

Los lugares que más nostalgia tendrán de las fiestas pasadas, son las plazas del Arenal y del Ayuntamiento y la calle Real, huérfanas ahora de coplas y de luces y ausentes de bullicio, sin arcos triunfales, sin luces y sin guirnaldas, calles mustias y tristes, con sabor de feria. pero asisladas en el silencio. Calle Real y Plaza del Arenal que tantos años tuvísteis sobre vuestros lomos de cemento y albero el paseo de las generaciones nezarenoas en esas noches de fiestas, no cabe duda que las echaréis mucho de menos.

En el nuevo campo ferial, (Los Montecillos), provisional desde hace ya algunos aaños, hay mas espacio y está mas en consonancia con las proporciones en que Dos Hermanas ha aumentado su densidad de población, Aumentando, por tanto, el número de casetas y de los aparatos de diversión y esparcimiento, dándole así mayor grandiosidad y espelandor a unas fiestas que tienen que ir a más por imperativos de los tiempos y porque es deseo expreso de esa corriente renovadora de las tradiciones.

Texto y foto publicadas en la Revista cultural de feria de Dos Hermanas de 1979 pag. 14, parte del artículo "Del pasado, del presente y del futuro", del autor Antonio Claraco Roig.