1919, Se crea el Círculo de la Unión comercial «El Casino»

jueves, 16 de mayo de 2024


Imagen de "EL Casino" años 70

Durante más de 70 años fue lugar de esparcimiento y de toma de decisiones para la alta sociedad de Dos Hermanas. Si hay un lugar en Dos Hermanas donde un cliente llegue reclamando la cartera que se olvidó y en ella haya un fajo con 300.000 pesetas, ese lugar no es otro que el casino. Ideados a principios de siglo como locales para reuniones sindicales o políticas, con la llegada de la dictadura se convirtieron en centros de esparcimiento para gente adinerada.

Durante décadas, los socios del Casino Centro Mercantil (sólo hombres) han venido aquí a charlar con los amigos, a leer el ABC, a tomar una copa, a ver el fútbol, a jugar al dominó, al lepe, o a la garrafina. Pero, sobre todo, el casino ha sido un importante centro de toma de decisiones. Aquí se cerraban los tratos con los corredores de aceitunas, los directores de bancos, los vendedores. Cuentan de algún alcalde que salía del Ayuntamiento, se sentaba en una mesa del casino a cuchichear con un concejal y cuando volvían, ya habían tomado una decisión.
Pero los tiempos cambian. Los tradicionales clientes van desapareciendo y la juventud prefiere frecuentar otros lugares de ocio. El casino se muere. A finales de los 70 ya se vislumbraba la crisis. El edificio, que estaba alquilado, será derribado para construir viviendas. 

En el casino está prohibido el cante y hablar de política, para evitar discusiones. Del resto, se habla de todo, y con pasión: sobre todo de fútbol y de toros. El bar solía llenarse para los desayunos (hay quien sólo pide ‘machaco’ o aguardiente), y también a la hora del tapeo. Célebres se hicieron algunos de sus reposteros con tapas como la pavía de bacalao, las gambas a la bechamel, el requeté o el lomo con tomate.
Loly Lopez Guerrero


Imagen de "EL Casino" años 70

En tiempos de Franco, el casino abría de 8 de la mañana hasta el toque de queda, a las 12 de la noche. Sin embargo, casi a diario muchos socios se quedaban hasta más tarde para jugar a las cartas. Como el juego estaba prohibido, se cerraban las puertas y se jugaba en el interior. Entre una infernal humareda provocada por el tabaco, jugaban seis personas por mesa, hasta el amanecer. En más de una ocasión, seguían jugando al póker cuando se volvía a abrir por la mañana, e incluso una vez la partida llegó a durar tres días. El camarero de guardia era el encargado de llevar barajas nuevas a cada rato (cada vez que alguien de la mesa lo solicitaba), ya que algunos jugadores marcaban las cartas. El camarero Juan José Martín nos cuenta que una vez llegaron a estrenarse 15 barajas ¡en sólo cuatro horas!
Loly López Guerrero


Imagen de "EL Casino" años 70

Manuel Herrero Chaves es una institución en el casino. En 1940, con 11 años (siendo presidente Carlos Delgado de Cos), ingresó como botones, después fue camarero y hoy es conserje. Nos cuenta que las cuotas en este medio siglo han pasado de 25 pesetas a las 1.500 actuales. Su sueldo era de un duro al día, pero donde más ganaba era en las partidas de cartas: ganaba diez duros por vuelta, es decir, unas 10.000 pesetas por noche. Tanto tiempo ha pasado en el casino que sacó de allí tres muertos por infarto. Le impresionó cómo murió el último: jugando a las cartas. Se llamaba Rafael. Dio un golpe en la mesa, dijo “¡el seis de bastos!”, inclinó la cabeza y ahí se quedó. “Fue impactante”, nos dice.

El Casino fue demolido en 1989, con su desaparición pasarán también a la historia sus famosos campeonatos de dominó. 

Loly Lopez Guerrero


Imagen de "EL Casino" años 70. Publicada en el periódico La Semana

A finales de la segunda década del siglo XX, vio la luz una institución que jugó un papel destacado en la vida social de nuestra población. Hablamos del Círculo de la Unión Comercial o, simplemente, la Unión Comercial. Fundada en el número 2 de la calle Cánovas del Castillo (hoy Melliza), el primer día de marzo de 1919. Quedó constituida formalmente el 30 de mayo e inscrita en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil el 5 de junio de ese mismo año. Fue creada a imagen y semejanza de la Unión Comercial de Sevilla (fundada en 1909), «para la defensa de la Industria y Comercio», al tiempo que desde un principio se recalcó que era «ajena a toda idea política y religiosa».

Sociedad patronal, y como su homóloga sevillana, agrupó a muchos de los comerciantes e industriales de la villa, actuando como una sociedad patronal más. Sin embargo, careció de la influencia y poder político de la Unión Comercial de Sevilla, a pesar de la férrea crítica que siempre ejerció contra el caciquismo en Dos-Hermanas.

La sede de la Unión Comercial quedó establecida en el edificio de la plaza de Alfonso XII esquina con la calle Santa Ana. Fue propiedad de Jesús de Grimarest. Edificio que, por cierto, sería derribado en 1989.

Fueron sus socios fundadores los siguientes nazarenos: Bernardino de Cos y Domínguez de la Piedra, Antonio Troncoso Herrera, Salvador Alarcón, Francisco Campo, Aurelio Fernández, Fernando Rincón, Fernando Fernández Martínez, Federico Torralva, José Jiménez Bueno, Antonio García Sánchez, Felipe Muñoz Ramos, Antonio Fernández y Plácido Sáez.

A lo largo de su existencia, organizó numerosas veladas y fiestas. De este modo, el 9 de agosto de 1920 se organizó sede una serie de veladas en el patio de su sede, «cuyas paredes se hallan tapizadas con hiedras, jazmines y boneteros y su cielo cubierto de caprichoso emparrado de farolillos venecianos, con intercalados eléctricos». En ese momento, los socios de la Unión Comercial nombraron por unanimidad socio predilecto a Manuel Arahal Martínez. Lo hicieron «en recompensa a su reconocido celo e interés desplegado en las mejoras llevadas a cabo en la organización de aquel centro», según informó el periódico sevillano «La Unión».

Tres años más tarde, tenemos noticias de la celebración de unos bailes con motivo de la fiesta de las cruces. Para tal ocasión, se estrenó una pianola. Y en ese mismo año de 1923, durante las fiestas de Santiago y Santa Ana, la Unión Comercial montó una caseta, que, según cuentan las crónicas de la época, fue la más exitosa del Real nazareno. Se dice que el techo de la caseta estaba adornado con multitud de pañolones de colores y farolillos a la veneciana. Tanto gustó, que quedó instalada también en el mes de agosto para celebrar bailes de sociedad los domingos y festivos. En los años siguientes volvería a instalar su propia caseta durante las fiestas patronales.

Cuando en septiembre de 1923 se produjo el golpe de Estado del general Primo de Rivera, la Unión Comercial se apresuró a enviar un telegrama al general del tenor siguiente. «Unión Comercial de esta villa que tanto combatió políticos fracasados, envía entusiasta felicitación, ofreciéndose para todo cuanto redunde en beneficio Patria». Contravenía, de esta forma, a los principios fijados en su constitución de estar ajeno a toda idea política.

Después de vivir una época verdaderamente dorada en la década de los años 20 y principios de la siguiente década, a partir de la Guerra Civil comenzó su lenta decadencia.

Sus presidentes (1919-1937), En la sesión fundacional de la Unión Comercial, se nombró presidente al comerciante nazareno Bernardino de Cos y Domínguez de la Piedra, que ocuparía el cargo casi diez años, entre 1919 y 1928.

Tras él vendrían Antonio Troncoso Herrera (1928), Álvaro Pareja López (1928-1930), Antonio León Cruz (1930-1931), Carlos Delgado de Cos (1931-1933), Manuel Sánchez y Sánchez (1933), Eduardo Moreno Siles (1933-1935), Eugenio Morillas (1935-1936), y, de nuevo, Carlos Delgado de Cos (1936-1937) y Antonio Troncoso Herrera (1937).

Por desgracia, desconocemos los nombres de las personas que sucedieron a Troncoso en la presidencia de la Unión Comercial.

Asimismo, ocuparon la presidencia de honor de esta institución dos destacados personajes de la época. Uno de ellos fue Julián de Cos Torres (1919), que fue alcalde de la villa e importante empresario. El otro, Pedro Fernández-Palacios Labraña (1928), dueño de la huerta Palacios y líder de la Unión Comercial de Sevilla entre 1918 y 1932.

Jesús Barbero (La Semana) 

Fuente: Comentarios de Loly Lopez Guerrero en redes sociales. Artículo publicado por Jesús Barbero en el periódico la Semana, el 29 de mayo de 2019, con el Título "La Unión comercial en la Dos Hermanas de 1919.