1921, En esta foto de la Festividad del Corpus podemos ver de fondo a la antigua Plaza de Abastos de los Jardines

viernes, 10 de mayo de 2024


En la fotografía, las autoridades civiles (con el alcalde Jiménez López a la cabeza) y militares de Dos-Hermanas en la procesión del Corpus de 1921. Al fondo se puede apreciar una de las fachadas del antiguo mercado de abastos de la villa.

Hasta la inauguración del primer mercado de abastos de nuestra localidad en 1878, el mercado se celebraba al aire libre en la plaza pública de Dos-Hermanas (llamada de la Constitución en los períodos de 1812-1814 y 1820-1823, y de Isabel II desde 1835 hasta 1868), verdadero centro neurálgico de la villa.

Desde hacía siglos, los vendedores de productos de primera necesidad instalaban sus puestos y tenderetes más o menos estables en un lugar acotado situado en la mencionada plaza pública de la villa, muy próximo a la iglesia parroquial. Pero como es lógico, esa disposición del mercado al aire libre provocaba una serie de incomodidades (se estaba expuesto, por ejemplo, a las inclemencias del tiempo) y, sobre todo, acarreaba graves problemas higiénico-sanitarios.

Por fortuna, poseemos una ligera descripción del mercado nazareno, que se debe a la pluma de la condesa de Robersart, que residió temporalmente en Dos-Hermanas en los primeros años de la Restauración borbónica. En una carta que escribió el 16 de febrero de 1877 describía de esta forma el mercado: «El mercado de Dos-Hermanas, que se mantiene en una gran plaza delante de la iglesia, es muy variado y alegre; las mulas llegan allí desde todas partes, cargadas de naranjas, legumbres, de panes particulares, de alfarerías; son llevadas por arrieros con un gran sombrero, con cinturón rojo, con mantas brillantes, que venden con aires principescos a princesas modestas y dignas, disfrazadas bajos sus largos trajes de algodón, con tartanas y toquillas en la cabeza. Al // lado del mercado, y desde las siete de la mañana, se instala la tiendecita del aguador, a la que concurren, para beber lentamente, con locura y éxtasis, el puro néctar. Los vasos tienen poco más o menos un codo de altura. Casi todos los campesinos llevan alforjas».

Hasta los últimos años del reinado de Isabel II no se planteó la posibilidad de construir un edificio estable que albergara el mercado nazareno. Fue en el mandato del moderado Juan Lozano García [1867-1868], concretamente en 1867, cuando se dieron los primeros pasos. Pero la falta de fondos económicos y el estallido de la revolución que destronó a Isabel II dejaron momentáneamente a un lado el proyecto de construcción de la plaza de abastos, que no quedaría materializado hasta 1878.

Fuente: texto y foto publicadas por Jesús Barbero Rodríguez, 2022 en su página de facebook Dos Hermanas, crónocas de un pueblo.