GONZALO NAZARENO, EL CONOCIDO GRAN DESCONOCIDO

domingo, 11 de junio de 2023


Una calle de nuestra población lleva su nombre, y también un instituto de enseñanza secundaria y bachillerato. Todos, o casi todos, los vecinos de nuestra ciudad saben quién fue. Alguno, de manera un tanto atrevida y osada, ha llegado demasiado lejos y ha escrito: «De la vista del territorio de Dos Hermanas, desde la altura del Cerro Blanco, un valle lleno de luz, se enamoró Gonzalo Nazareno (de donde viene que a los habitantes de Dos Hermanas se les llame nazarenos) y no tuvo otra cosa que hacer que solicitarlo como una merced a Fernando III para luego dejarlo a sus hermanas Elvira y Estefanía». La parrafada (que otro nombre no tiene) no puede ser sino fruto de la imaginación de su autor, porque, como veremos, lo que se sabe de este personaje es bien poco, como tampoco se sabe nada de su parentesco con las hermanas Elvira y Estefanía Nazareno, aunque nunca falta el “ilustrado” de turno (con fray Isidoro de Castro a la cabeza) que, sin prueba documental alguna, defiende sin fisuras que eran hijas o hermanas (así nos curamos en salud) de Gonzalo Nazareno, solo invocando la fuerza de la tradición (“es lo que siempre se ha dicho”). Muy cierto, es lo que siempre se ha dicho desde que aquel fraile franciscano, a finales del siglo XVIII, lo dejó por escrito, sin preocuparse en mostrar las pruebas de esa supuesta vinculación familiar. Así, por supuesto, no se escribe la Historia (con mayúscula)...

Pero entonces, qué se sabe de Gonzalo Nazareno. Si somos sinceros, poco o nada, pues no se le menciona en crónica alguna de su época. Lo único que se sabe de este personaje es lo que se puede extraer del libro del Repartimiento de Sevilla, cuyo original no se conserva y lo que nos ha llegado son dos grandes “familias” de copias: la de Tipo Palacio y la de Tipo Espinosa. En la primera, mucho más explícita, se dice lo siguiente:

«A Gonçalo Lazareno, el adalid, unas casas en Seuilla a la collación de Sant Alifons, e otro par de casas en Haznalfarache; e X arançadas de oliuar en término de Aznalfarache, las IIIIª son por entrega de IIIIº arançadas de viñas; e arançada e media de huerta, e esta huerta ha por linderos del un cabo Benito Pérez, almocadén, e del otro Domingo de Martos, almocadén; e tres yugadas de heredat allende de Guadayra e aquende del Guadalquivir, es contra Xerez e es contra Lebrixa; e fue todo esto dado por el estadal de diez e ocho palmos». Sí, se ha leído bien, “Lazareno”. No Nazareno, LAZARENO. ¿Era éste el verdadero nombre del adalid o se trata de un error del copista? No es, al fin, una pregunta fácil de responder. Y en cuanto a la heredad “allende de Guadayra...”, dado lo impreciso de los linderos, pudo estar tanto en lo que es hoy el término de Dos-Hermanas, como más al sur, o al este. Quién sabe. Lo cierto es que no se puede afirmar con total rotundidad que esa heredad estaba en lo que hoy es término nazareno. Siempre quedará la duda. Tampoco se debe afirmar lo que otros dejaron escrito en una revista de Feria de los años 80: que la heredad de Gonzalo Nazareno era una alquería que estaba en el lugar que hoy ocupa el parque de la Alquería. ¡Y se quedaron tan tranquilos! Y lo dijeron aunque no hubo ni hay evidencia alguna de que existiera construcción antigua en esa zona, que en tiempos pasados fue, entre otras cosas, un pinar. No contentos con ello, afirmaron que la entrada a esa alquería estaba en la plaza del Arenal... La imaginación no tiene límites, francamente.

En cualquier caso, eso es todo lo que se sabe del personaje: su condición militar (adalid), su participación en la conquista y toma de Sevilla, y las propiedades que le tocaron en el Repartimiento: unas casas en la collación de San Ildefonso (Sant Alifons en el texto) y diversas tierras. ¡Nada más! Del resto de su vida, nada se sabe, ¡ABSOLUTAMENTE NADA!

Sí se puede afirmar que, por su condición militar, es decir, por ser adalid, no era caballero hidalgo. Era un soldado de a pie que por sus méritos había conseguido el grado de adalid (jefe militar de un grupo de almogávares). Y esto no es un dato sin importancia por lo siguiente.

Existió, cierto es, en el siglo XIII la familia Nazareno, estudiada, principalmente, por el profesor Pascual Martínez Sopena en 1985. Era un linaje de caballeros hidalgos que descendían de Pedro Martínez, fallecido antes de 1123, y cuyos hijos fueron Nazareno Pérez (nombre verdaderamente llamativo en la época), García Pérez, Diego Pérez “Almadrán”, Fernando, Sancho y Justa. Deteniéndonos en Nazareno Pérez, éste casó con Elvira Ruiz y tuvieron por hijos a María Nazarénez, Gómez Nazareno, Elo Nazareno, Sancha Nazareno, Gutier Nazareno y... Elvira y Estefanía Nazareno. Aquí están las dos hermanas que fray Isidoro de Castro utilizó en su versión sobre el hallazgo de la imagen de Santa Ana, vinculadas, por cierto, con Villavicencio de los Caballeros, población que estaba en manos de su abuelo Pedro Martínez y del monasterio de Sahagún. También se sabe que Elvira no llegó a casarse y que Estefanía contrajo matrimonio con el maestre Alefrán con quien tuvo cuatro hijos.

Todos los miembros de este linaje fueron caballeros hidalgos, condición que era heredada, no lo olvidemos, y es la razón de que Villavicencio sea conocida como “de los Caballeros”, porque, como ya hemos dicho, esta familia junto con el monasterio de Sahagún poseía el señorío de Villavicencio. Y Gonzalo Nazareno (o Lazareno), recordemos, carecía de aquella condición de hidalguía, por lo que no pertenecía a esta familia o linaje, sino a otra de igual nombre. 

En conclusión, resulta extremadamente difícil vincular a Gonzalo Nazareno no ya con Dos-Hermanas (que aparece como población a fines del siglo XIV), sino con las tierras de su término municipal. Todo surge de la invención, ensoñación, imaginario (empléese el término que se prefiera) de un fraile franciscano del siglo XVIII. No olvidemos que antes de fray Isidoro de Castro, nadie, absolutamente nadie (ni siquiera el licenciado Juan Ponce de León, que vivió en el siglo XVI, y, por tanto, mucho más cercano a los hechos del supuesto hallazgo de la imagen de la Patrona en la segunda mitad del siglo XIII, según dejó escrito el fraile) mencionó a Gonzalo, Elvira y Estefanía Nazareno. Si tan importante fueron, ¿por qué esa omisión hasta el siglo XVIII? Muy extraño, ¿verdad?


En la imagen, el rótulo de la calle Gonzalo Nazareno de nuestra ciudad
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Publicado el 2 de diciembre de 2020 en la página de facebook "Dos hermanas, Crónicas de un pueblo" por su autor el historiador nazareno Jesús Barbero Rodríguez. 

Pedro Sanchez Núñez en su libro de 2004 "Calles, Plazas, Campo… Dos Hermanas" indicaba lo siguiente sobre la calle con el nombre de Gonzalo.

Figura con el nombre de Gonzalo Nazareno en un callejero de 1931 a efectos del arbitrio de plusvalía, Gonzalo Nazareno es, según la tradición, el fundador de Dos Hermanas, tras el Repartimiento de las tierras del antiguo reino de Sevilla por San Fernando, en cuyo ejército vendría ostentando el cargo de «adalid»: de su familia serían las dos hermanas, Elvira y Estafanía, que desde tierras de Villavicencio de los Caballeros, según la tradición, vendrían hasta aquí descubriendo la imagen de Santa Ana oculta en una cueva donde se erigió la Iglesia Conventual de la Santa, Patrona de Dos Hermanas.

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