Siglo XX, De Cosarios y Diteras, oficios de ayer en Dos Hermanas

miércoles, 21 de agosto de 2024

Foto del camión del Cosario Plaza, fuente periódico El Nazareno de 28 de noviembre de 2018, de su artículo "Rafael Plaza: del borrico Perico a un moderno camión de 4.000 kilos de carga"

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Dos Hermanas siglo XX. Corría la posguerra española como caldo de cultivo para quienes llamo buscavidas de barrio. Lo hacían mediante oficios con remuneración prácticamente al costo en los que la cantidad de clientela era clave para la ganancia. La razón no era otra que poder salir adelante mientras solventaban las necesidades de una sociedad pobredumbre cuanto menos, a la que además tenían que fiar a veces. Para ello cualquier «que hacer» podías ser la especificidad que faltaba por mucho que hoy nos pueda sorprender; fundamentalmente de venta o reparación (esparteros, tinajeros, lateros, carboneros, silleros y tapiceros, escoberos, paragüeros, afilaores, etc.), así como sobre la base del reparto de algún  producto (lecheros, aguaores, repartidores de hielo, etc.); marchantes ambulantes en su mayoría sin un establecimiento concreto. En cualquier caso eran muchos otros los oficios a destacar por su peculiaridad y significancia en la comunidad: cosarios y diteras son buenos ejemplos de ello; solapados o complementarios en alguna que otra ocasión. 

COSARIOS: eran quienes conducían personas o cosas de un municipio a otro; tratándosede una compra o del mero traslado de una mercancía o misiva por cuenta ajena: medicinas, telas, artículos de ferretería, documentos y/o recados personales, etc.; añadiéndole el tanto por cierto estipulado para resarcirse de los gastos del viaje que hacía por cuenta propia más para la ganancia necesaria por la realización del trabajo en si. Generalmente era desempeñado por el sexo masculino puesto que hasta 1981 la mujer necesitaba el permiso del marido para trabajar, ejercer el comercio, abrir una cuenta corriente en el banco, sacarse el carnet de conducir,… lo que dejaba patente su imposibilidad para ejercerlo en igualdad de condiciones. Fue gracias a la Constitución Española de 1978 que se abrió la veda para legislara favor del mismo trato a hombres y mujeres. Esta mayor libertad y la mejora de las comunicaciones entre los municipios fueron la razón de la extinción de los Cosarios, puesto que dejaron entrever una menor necesidad de  los mismos a la vez que la proliferación de numerosas empresas de transporte y mensajería; nada comparables a pesar de una mayor sofisticación de medios. Con ellas se perdió el trato personalizado del Cosario así como la opción de acompañante y guía quetambién ofrecía; a lo que DosHermanas resistió sin embargohasta la década de los 80 con«Juan el Cosario» como ejemplo, en su casa de la calle Rivas número 46. Posiblemente fue el último de los Cosarios nazarenos al uso de aquella época tan primaria y tosca en recursos, y yomismo lo recuerdo cuando acudíamos a recoger algún encargo dematerial para el negocio que por entonces regentaba mi padre;«Manuel el Tapicero». 

DITERAS: eran quienes vendían a crédito o dita; compromiso y garantía de pago a plazos añadiéndole el tanto por cierto estipulado como ganancia necesaria. Lo hacían mediante la emisión de vales sujetos al llamado libro de ditas para registro y control de cobro de los mismos. En ocasiones actuaban de prestamista personal, pero lo más habitual era que vendieran Porque escribir es un oficio más, y se aprende escribiendo (Simone de Beauvoir)ropa y menesteres para el hogar: mobiliario y decoración fundamentalmente. Quizás por ello que generalmente era desempeñado por el sexo femenino en el contexto machista de la sociedad de antaño, puesto que también había diteros pero en mucha menor proporción. En cualquier caso la actitud y el   boca a boca facilitaban la venta directa a una numerosa clientela; tal que así también con vales vinculados a comercios con los que se hubiese acordado la colaboración. Precisamente su extinción se debe al surgimiento de grandes almacenes con tan ventajosas condiciones que posibilitaban la financiación a medida, más si cabe con la facilidad de poder pagar con tarjetas de crédito. Con todo ello se perdió la confianza del trato personalizado que ostentaba la Ditera; a lo que Dos Hermanas resistió no obstante hasta la década de los70 con «Mercedes la Ditera» como ejemplo, en su casa de la calle Santa María Magdalena número 99. Hubo muchas más(«Mariquita la Bolera», «Lola la Coriana», etc.) pero ella fue mi abuela materna y de quien conocí los entresijos de este otro oficio que iniciara en el momento más delicado de su vida; si es que de sobrellevar la muerte de un hijo se trata. La iniciativa surgió de un entrañable amigo de la familia: «Pepe el Tinajero», ocupándola para que vendiera productos de su establecimiento en su propio domicilio; lo que de alguna manera bien significaría comenzar de nuevo. 

Dos Hermanas siglo XXI. La curiosidad nos hace investigar el pasado con el único afán de sumar para la historia de nuestra ciudad. Lo hago siempre con total humildad y respeto, pero confieso que me resulta gratificante cuando detecto un atisbo de atención por parte de la juventud. Yque somos mucho mejor en la medida que conocemos lo que fuimos y por qué lo fuimos. Hoy tocaron los oficios que ya no existen, y con ellos el contexto socioeconómico de una época que no debiera repetirse. Sí en cambio la valía y esfuerzo de hombres y mujeres para echar hacia delante contra viento y marea; para iniciarse en lo más inverosímil y sin los medios necesarios.Para ellos/as y por ellos/as fue el presente artículo. 

Autor: Antonio Manuel Barbero Radío, Publicado en la Revista Cultural de Feria de Dos Hermanas de 2019. Fotografía publicada en el periódico El Nazareno el 28 de noviembre de 2019.