ALFREDO BALLESTERO GARAY, «ALFREDO BOTIJA»

sábado, 27 de enero de 2024


Alfredo Ballestero Garay, a los 50 años de edad.

Nace a las 4 de la tarde del jueves 29 de Mayo de 1920 en la calle Fernán Caballero nº 14. Hijo de Francisco Ballesteros Estepa, más conocido por “Curro Botija”, natural de Dos Hermanas y de Antonia Garay Urrieta, natural de Sevilla. Abuelos paternos Manuel Ballesteros García y Carmen Estepa Marín, naturales de Alcalá de Guadaira. Maternos, Alfredo Garay Pérez, de Almansa (Albacete) y Amelia Urrieta Vargas de Medina, de Sevilla.

Desde la más tierna infancia nuestro biografiado sabe trabajar en las Artes Blancas (Pan). Su padre desciende de una larga tradición familiar alcalareña de trabajadores manuales en las panaderías de la Hienipa romana. Asiste a las Escuelas del Ave María, cuando es su Director Don Gerardo Cano Gutierrez, que convirtió la enseñanza media en medio bachillerato, practicando técnicas muy “sui generis” en materia didáctica.

Comienza a trabajar con su padre en la panadería de su propiedad que éste tiene en la Esquina de Roque, cuando el horno coce el pan con la combustión de leñas olorosas. Es nuestro biografiado aficionado a la música y se compra en 1934 por 125 pesetas de plata un acordeón que

al poco tiempo maneja con soltura y actúa con otros amigos en serenatas y Cruces de Mayo.

En 1938 lo incorporan los nacionalistas a la Guerra Civil estando hasta 1943 en el Ejército. Vuelve a su trabajo y cuando su padre vende la panadería sigue trabajando con los nuevos propietarios Manuel y Francisco Ruiz Márquez.

 El sábado 4 de Marzo de 1944 contrae matrimonio en la Parroquia de San Bernardo con la Srta. Concepción Rodríguez Fernández con la que había mantenido relaciones desde que participó en la Guerra Civil, de cuyo matrimonio hubo 5 hijos. La panadería cambia de dueño, Curro Márquez, y él continúa laborando. Luego otro cambio de empresario, Rosendo Peña Barros, y su crédito laboral es sólido, que el nuevo dueño le confirma en su puesto.

Cuando Rosendo cambia el negocio del pan por el de una semillería, nuestro biografiado se marcha a la Panadería de Guillermo Macías Luque, en la esquina de las calles San Sebastián a Santa Elvira; así cuando éste vende el negocio al alcalareño Agustín Olivero Jiménez, continúa laborando hasta su baja por incapacidad laboral transitoria. Ya vive en Sevilla en la calle Alhóndiga nº 71, donde contrae su enfermedad de la que fallece a las cinco de la tarde el día 20 de Diciembre de 1972, a los 52 años de edad.

Alfredo era una persona con simpatía innata y sus intervenciones musicales con el acordeón jamás las hizo en sentido crematístico. Recuerda éste, su modesto biógrafo, una intervención suya por los años 45-50 en un casamiento en uno de los Corrales de Vecinos de la calle Reposo, interpretando con su acordeón la entonces popular “Francisco Alegre”, que lo hizo con tal perfección, que fue paseado a hombros por dicha calle. Así era Alfredo Botija, como le conocíamos todos con cariño, así con su franca y amigable sonrisa de siempre. Se nos fue para jamás volver