Las Almonas de Dos Hermanas, desde principios del siglo XVI

lunes, 29 de enero de 2024


En la imagen, la única fotografía que se conserva de las antiguas almonas de Dos-Hermanas, de 1927.Fuente: Dos Hermanas,crónicas de un pueblo.

Desde antiguo, la producción de jabón ocupó un lugar verdaderamente destacado por diversas razones que no vienen al caso. En el reino de Sevilla, dicha producción era privilegio real desde la conquista de la capital hispalense en el siglo XIII. Sin embargo, a fines del siglo XV, por merced real, aquel privilegio recayó en manos de la familia Enríquez de Ribera, Adelantados de Andalucía, marqueses de Tarifa y, andado el tiempo, duques de Alcalá de los Gazules. Dicha familia, subarrendarían las almonas sevillanas a personajes italianos, quienes, a su vez, las podrían en alquiler en las distintas poblaciones del reino.

En Dos-Hermanas, era una persona la que, tras una pública subasta celebrada por los arrendadores de las Reales Almonas de Sevilla, se hacía cargo de las almonas de la población, siendo, por tanto, el único que podía fabricar y vender el jabón.

Las primeras noticias que poseemos de esa producción de jabón en nuestra ciudad se remontan a principios del silo XVI. Para esa época, era el “obligado del jabón” (nombre que recibía el encargado de producirlo y venderlo) Bartolomé Rodríguez, quien, en marzo de 1517, el concejo nazareno le ordenaría no vendiese «la libra del xabón más de a çinco marauedís, so pena de la pena contenida en el mandamiento de Seuilla».

Muchos años más tarde, en febrero de 1540, Alonso Sánchez Prieto el Mozo se obligó a abastecer de jabón a los vecinos y moradores del lugar, pues tenía por un año en arrendamiento la jabonería de Dos-Hermanas, según contrato que había firmado con las almonas de Sevilla. Pasado el tiempo, en octubre de 1553 fue Cristóbal Díaz quien se obligaría en el abasto de jabón al lugar. Y a principios del XVIII fueron arrendadores José Gutiérrez y Juan Hipólito de Saavedra.

Ni que decir tiene que, además de pagar la cantidad estipulada con los arrendadores de las almonas sevillanas, el obligado del jabón de nuestra villa debía pagar los derechos correspondientes al duque de Alcalá (ducado que en el siglo XVIII pasó a la Casa de Medinaceli).

Las almonas de Dos-Hermanas se encontraban casi a las afueras de la población, en el lugar donde hoy se alza la Escuela Oficial de Idiomas. Se trataba de un edificio amplio, de varias naves. Tanta capacidad poseía que el destacamento francés que ocupó la villa en 1810 quedó establecido en las almonas de la villa.

Terminado el monopolio de la fabricación del jabón en el siglo XIX, las almonas nazarenas pasaron a manos de unos particulares que decidieron destinarlas a finales de esa centuria a casa de vecinos hasta que fueron derribadas en la década de los años 20. En su solar se construyó el edificio escolar que aún se conserva y que durante muchos años fue conocido como el “colegio de la Almona”, precisamente por esa histórica fábrica de jabón.

Fuente: Jesús Barbero en su página de facebook, Dos Hermanas, crónicas de un pueblo